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jueves, 23 de agosto de 2012

El camino del Amor


Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad no para hacerse felices la una a la otra.

Primero contigo mismo
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.

Manejar la soledad
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.

Sólo se da lo que se tiene.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar y aceptarte para aceptar porque nadie puede dar lo que no tiene.

Paz interior
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.

Fantasía que genera frustración
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae frustraciones.

Autonomía
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.

Autosuficiencia
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando bien convencido seas capaz de decirle: "No te necesito para ser feliz".

Independencia.
Sólo podrás amar siendo independiente hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.

Requerimientos
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, autoestima y la práctica de una libertad responsable.

Autoestima y madurez.
Ámate a ti mismo madura y el día que puedas decirle a esa otra persona "Sin ti me la paso bien" ese día estarás preparado para vivir en pareja.

Compartir.
Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad no para hacerse felices la una a la otra.

Conclusión:
"Dos personas se aman únicamente cuando son capaces de vivir la una sin la otra, pero deciden vivir juntas"

martes, 14 de agosto de 2012

De Dios para Mi


"Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera". Éxodo 24:12

El Señor le dio a su pueblo la Palabra de Dios para que pudiera conocer su voluntad y obedecerla. Le dio también el diseño del tabernáculo en el Antiguo Testamento para que Él pudiera venir y morar entre ellos. Él no quiso permanecer distante. ¡Al contrario siempre quiere estar cerca tuyo! Dios quiso hacerse accesible y estar al alcance de su pueblo. 
Moisés es un hombre que se encontró con Dios. Aprendió que para ello era necesario la disciplina y preparación. Y te digo: Una cosa es saber qué hacer; otra muy diferente es hacerla ¿Cuántos de nosotros tomamos cursos en cuanto a la oración, pero rara vez oramos, o aprendemos las técnicas de la evangelización pero casi nunca compartimos nuestra fe ? 

Asi dejamos pasar el tiempo y perdemos oportunidades.
En Éxodo 24:12; 25:1-9, a través de Moisés somos confrontados con algunos recordatorios formidables de la Palabra de Dios. Nosotros como creyentes no necesitamos una nueva técnica creativa, pero sí en ciertos momentos necesitamos un buena sacudida. Necesitamos muchas veces la exhortación del Espíritu Santo, porque debemos reconocer que en muchos momentos somos flojos, lentos y aletargados cuando se trata de subir la montaña y encontrarse durante media hora con el Señor. 

A pesar de nuestro pésimo historial y falta de disciplina, Dios desea hacer una obra en nosotros. 
En este día deseo que el Señor te haga meditar , para recordarte que podemos llegar a ser hombres y mujeres de Dios más fuertes, con sólo mantener un tiempo de encuentro diario con Él.
A Dios no le importa en lo más mínimo el lugar que escojas, ni la cantidad de tiempo que dediques. Lo único que a Él le interesa es tu vida , tu disciplina diaria y tu corazón. Dios desea estar contigo cada día y desea que tu estés con Él, por medio de su Palabra. 

Autor: Charles Swindoll
fuente: bloscristiano

jueves, 2 de agosto de 2012

¿Amas a Dios de Labios o de Corazón?


San Mateo 7: 19, 20 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis”
En algún momento de tu vida, seguramente te has encontrado con personas que piensan de la siguiente manera: “Yo soy un buen cristiano, el hecho que haga cosas que no tengo que hacer no quiere decir que no ame a Dios”.

Muchos dicen amar a Dios, creer en El y “vivir para El”. Que fácil fuera la vida cristiana si solo fuera de decir palabras y ya esta. Las palabras el viento se las lleva. La vida cristiana no puede vivir solo de teoría, la vida cristiana es práctica, la Palabra de verdad se tiene que hacer Vida.


Jesús era muy claro en decir: “Por sus frutos los conoceréis” es decir, tu no puedes andar pregonando que amas a Dios si tus frutos dejan mucho que desear. Amar a Dios es honrarle y parte de honrarle es agradarle y eso solo se logra a través de una vida santa apartada del pecado, es decir, tratar cada día de cometer menos errores.


Pero dime una cosa, ¿Cómo una persona que anda en pecado constante puede decir que ama a Dios?, por esa razón siempre he dicho que las verdaderas personas que aman a Dios, no necesitan pregonarlo para que los demás lo sepan, solo es necesario ver su testimonio para darse cuenta que ama a Dios.


Si tu amas a Dios el resultado se vera en tu rostro, el corazón alegre hermosea el rostro dice la Biblia, las palabras que salen de tu boca, serán agradables, puesto que de la abundancia del corazón habla la boca, sin duda serás una persona de buen vestir en el sentido decoroso, puesto que hasta en eso querrás agradar a Dios, también serás una persona que aborrecerá el pecado y todo aquello que lleve a pisotear el nombre de Jesús.


Amigo mío, si hasta el momento siempre has confesado amar a Dios, pero tu testimonio no ha sido el de un hijo de Dios, este es un buen momento para pedirle perdón a tu Padre Celestial, reconocer que no ha existido en tu corazón un deseo real de amarlo y por ende llevar una buena manera de vivir. Es hora de reconocer tu error y comenzar a dar un verdadero fruto, un fruto del arrepentimiento genuino que existe en tu corazón.

Dios quiere que des fruto, pero un fruto que sea agradable delante de su presencia.

Autor: Enrique Monterroza

Siendo uno Mismo

Una de las mejores ayudas para vencer el descontento es saber que Dios desea que tú seas ti mismo y no que trates de ser otro.

Según una antigua parábola japonesa, había un picapedrero japonés llamado Hashmu que era pobre y a veces refunfuñaba por sus tareas agotadoras. Un día, mientras estaba desmenuzando una piedra, llegó el emperador montado en un hermoso caballo. "¡Qué maravilloso sería si yo pudiera ser el emperador!", pensó Hashmu. Y estando aun las palabras en su mente, una voz dijo: "¡Sea Hashmu el emperador!" Inmediatamente se convirtió en emperador.
  
Al seguir cabalgando, empezó a sentir el calor del sol. Después decidió ser el sol, y se convirtió en el sol, pero cuando las nubes le impidieron brillar sobre la tierra, pidió ser una nube. Se convirtió en una nube y regó los campos con lluvia. El agua arrastró todo con excepción de una gran roca que estaba en el río. Por lo tanto, Hashmu pensó que era preferible convertirse en una roca, pero cuando un hombre comenzó a cincelarlo con sus herramientas, decidió que quería ser hombre. Y una voz dijo: "¡Hashmu, sé tú mismo!" De modo que Hashmu volvió a tomar sus instrumentos de trabajo y reanudó contento sus tareas.

"¡Sé tú mismo!" Esto es lo que Dios espera de ti, y es el camino para la felicidad. Dios nos ha hecho a todos diferentes porque quiere que cada uno ocupe determinado lugar y realice una obra determinada en la vida. Si imitamos a otros, o deseamos sus responsabilidades, no cumplirnos con nuestra parte especial en el plan de Dios.

El estar contento con nosotros mismos y con nuestra misión en la vida debe estar acompañado por la piedad. ¿Qué es la piedad? Llegar a ser semejantes a Cristo entregándonos a él. Con el Salvador en nuestro corazón, no estaremos más consumidos por el deseo de tener la autoridad, la individualidad o las riquezas de otros.